divendres, 31 d’octubre del 2008

COMIENDO PELOS COMO HEREJÍA POÉTICA EN LA PRENSA

Ante todo, nuestro sincero agradecimiento a todos aquellos que nos han demostrado su interés, y nos han dado su apoyo en este proyecto, tanto a los poetas que nos han dedicado reseñas del libro, como al Editor, José Mª Pinilla, al prologuista Andreu Navarra, como a los medios, que nos han dispensado un entrañable trato. Muchísimas gracias.

Presencia en prensa hasta la fecha:


Asociación Cultural Myrtos: reseña del poeta chileno Roberto Cantele Cabré y reseña propia del libro.

Poetas de Hoy: Cómo se gestó el proyecto, némesis elaborada por Cesc Fortuny i Fabré.

Revista Letras (30/10/08): reseña del editor José María Pinilla (Ediciones Atenas).

Revista Letras (06/11/08): Entevista a Marian Raméntol y Cesc Fortuny

El Librepensador: Reseña del editor José María Pinilla y Entrevista a Marián Raméntol y Cesc Fortuny.

Conviviendo con el Caos, Blog de Oscar Alberdi: Prólogo de Andreu Navarra Ordoño.

La Academia del chimpacé (con peluca): Reseña propia y fragmentos del libro.

Región Despoblada de Andreu Navarra Ordoño (prologuista): anuncio.

Domicilio de Nadie: anuncio

Artilleria Pesada: anuncio

Shwoong-Reseñas libros: Reseña del poeta chileno Roberto Cantele Cabré

Biblioteca Sedice:
anuncio y reseña

Afinidades Electivas: presentación, prólogo de Andreu Navarra y reseña elaborada por Beatriz Pérez Sánchez.

Cuaderno 10: Reseña de Beatriz Pérez Sanchez



DESDE LA EXPRESIVIDAD DE LA NADA




Las urgencias se callan,
de puntillas tras el dolor del cuerpo,
y las marionetas aprenden a nadar, sobre el salitre
de un océano conjugado en mañana.
El aliento, flaco, deambula
por la cautela del instinto,
y yo, tan cuidadosamente como puedo, muero
en este mar de sangres y timones,
de orillas repletas de lagartos de trapo.

Pesan tanto mis gestos
que sin querer amenazo de muerte
a la piel de la sorpresa.

Pesan desde la expresividad de la nada
con todos mis muertos colgados del pecho,
tejiendo sus redes de hambre, bajo la locura
de un horizonte de tejas y suspiros
sin dimensiones que puedan precipitar el éxodo.

Ha vuelto a ocurrir, la vida ha muerto otra vez
mientras yo le daba el tiro de gracia
a las esquinas del último verbo.
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Poema Publicado en Asociación Cultural Myrtos Gramma Al manar. (octubre 2008)





Poema traducido al rumano y al inglés, publicado en la revista Orizont Literar. CONTEMPORARY HORIZON MAGAZINE - ISSUE NO. 1/JANUARY-FEBRUARY 2010.
Traducător: Ana Fărnoagă
Corector: Cristina Costin


Poema incluido en una selección más ámplia de poemas de mi autoría traducidos al italiano y publicados en la revista semenstral especializada La Clessidra, nº 1/2010, Joker Edizioni. Septiembre 2010.

dijous, 30 d’octubre del 2008

LOS CORAZONES SON UN RECURSO ESCASO





Los corazones son un recurso escaso,
ya no le sirven al sol para perforar la velocidad,
son catalejos adiestrados únicamente
en divisar barcos ebrios de pensamiento.

Y el músculo cardíaco se nos muere,
mientras las hebras del tiempo matan el ansia
de los náufragos que se han bebido el mar.

¿Para qué, entonces,
aprender la gramática de los besos?

Mejor nos convertimos en golosina
con la que sobornar a los santos
desde el patio trasero de lo intangible.

Hay una tonelada de nubes acampada sobre mí
y la lluvia expulsa claveles demasiado breves.

Pero nací testaruda,
tengo muy claro que no se puede morir con dignidad,
si acaso,
se vive con ella por las calles heridas de la rutina.

No quiero olvidar que somos almas
que casi por milagro
aun se tiran poemas encima de la mesa.

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Poema perteneciente a la antología Versos Diversos del grupo poético LAIE de Barcelona.

dimarts, 28 d’octubre del 2008

EL CIGARRILO EN PLENA NOCHE SE DELETREA SIEMPRE EN SOLITARIO




Este es mi paisaje,
poemas que querían ser bucaneros, probablemente,
caídos en la cicatriz de un estanque,
con el vientre vacío de sexo,
y 20.000 leguas de viaje submarino en el escote,
que sólo alcanzan a hacer malabarismos con la merienda
de verbos orondos detrás de los abrazos,
con la impaciencia en el fondo de la última copa,
sin olvidar un poco de disciplina de vez en cuando,
para no columpiarse en los sótanos del pentagrama
donde retruenan las heridas de los escaparates.

Son enanos pateando un corazón de celuloide,
orillas donde no cabe el suspiro,
besos de agua o su desagüe,
lanzas arrugadas por el miedo
que habita sonámbulo mis labios,
o las guitarras que ofrecen respuestas a una luna
perdida en el bostezo de cualquier ciudad.

Me miran desde el carmín
que cada mañana olvidan en el cenicero,
como si yo no les amase,
me señalan con la punta de su pata de palo
y se ríen de mi deuda, de mis manos
o de los fantasmas que se quedan a cenar.

No hay nada que hacer,
ellos no me salvarán de la ceniza
y seguirán apuntando con sus uñas venenosas
a la integridad de mis pulmones, porque el cigarrillo
en plena noche, se deletrea siempre en solitario.

divendres, 24 d’octubre del 2008

UN MUNDO Y APARTE. ANTOLOGÍA POÉTICA 2008

Ya ha salido publicada la Antología de Poetas de Hoy, de la que este año formo parte, os dejo aquí el prólogo elaborado por el poeta Jerónimo Muñoz, y el enlace por si queréis descargárosla libremente. No es necesario registrarse en la página, la descarga de la antología completa es de libre acceso, clika aquí.

PRÓLOGO A CARGO DEL POETA JERÓNIMO MUÑOZ

Una es la poesía, pero tantas caras tiene como poetas hubo, hay y habrá. Intentar encontrar paralelismos en una recopilación de poemas, como la que presenta esta Antología 2008 “Un Mundo y Aparte”, no sería obra ardua, sino irremediablemente condenada al fracaso, incluso si se diera la circunstancia -que no se da aquí- de una inusitada proximidad de sensibilidades.
Porque en la expresividad poética de cada autor subyace todo un cúmulo de experiencias, tendencias y preferencias, amén de las peculiaridades derivadas de sus características culturales y psicológicas. Hoy en día, incluso los agrupamientos cronológicos o generacionales se muestran como delicuescentes, y tales son también las agrupaciones, asociaciones o grupos poéticos, que se constituyen más por lazos amistosos o por esporádicos y/o fortuitos contactos sociales que por una encauzada voluntad de aunar a poetas que comulguen con una similar –nunca idéntica- concepción del hecho poético.

(en la fotografía, Jerónimo Muñoz, prologuista de la antología)

Sirva este preámbulo para enaltecer la presente Antología, pues es tanta la variedad de autores, temas y estilos, que difícil sería no hallar entre sus páginas algunas (y quizás muchas) que hagan vibrar de emoción estética al lector.
Insuficiente resultaría para el crítico la lectura de un solo poema de un autor si quisiera exponer la poética de este. Todo poeta ha seguido una trayectoria, ha sostenido una evolución, ha experimentado con una gama de posibilidades expresivas, ha sufrido momentos de afección y gozado de instantes sublimes. Aun permaneciendo incólume ese hilo conductor que suele denominarse “voz personal”, su estilo, su forma de representar, de comunicar, de versar, pocas veces se mantiene constante.

Pero suficiente es este único poema-botón de muestra para conocer una porción de su personalidad, siquiera un aspecto, un gesto de su potencial poético. De entre esos perfiles gestuales que aparecen en esta Antología, y para no hacer penosamente prolijo este Prólogo, examinaremos con un cierto detenimiento solo algunos, extraídos al azar. Y ello se hará en el seno de unas consideraciones globales a las que damos comienzo.

Lo primero que se advierte, en esta colección de poemas, es la mayoritaria predilección por el empleo del verso libre con notable polimetría, alcanzándose a veces la dimensión del versículo, como es el caso del poema “Hierofante” de Víctor de Vere, que consigue una gran originalidad representativa, entretejida con los hilos de una cosmovisión personal muy singular. De esta mayoritaria tendencia al “versolibrismo” solo escapan, entre otros, los “Ovillejos”, de Rafael Mérida Cruz-Lascano, que logra una composición muy grata y de indiscutible mérito, basándose en un culto tema mitológico. También es separable de esta modalidad de verso el poema de Begoña Montes “De mayor quiero ser divorciada”, que observa una isometría basada en el heptasílabo, en un poema ágil, de fácil lectura, que, con su último verso, hace pensar al lector. Y necesaria es la mención de esos hermosos endecasílabos de Francisco Ballasote Muñoz (“Olvidos”) que, entrecruzados con algún otro metro ocasional, albergan una muy culta, delicada y sugerente poesía, lo mismo que ocurre con los dodecasílabos predominantes en “Funeral de tiempos niños”, de Juliana Rodríguez Poussif. E igualmente rehúyen el verso libre los poemas “Al borde del abismo” de Libia Beatriz Carciofetti, “Locura sana de amor” de Julián Martínez Núñez y “El silencio” de Vicente Ernesto López Vinader. En todos estos últimos, se observa la utilización de una rima “ad líbitum”, que no sigue las pautas de la rima clásica, que a veces se encuentra espaciada y a veces acumulada, y que dota a los poemas de un ritmo de timbre muy característico e inusitado, lo que también ocurre (aunque de aspecto menos inusitado) con los heptasílabos arromanzados de “Nuestra sombra”, de Eduardo Basualdo, cuya rima en los versos pares varía a lo largo del poema, tal como hiciera Neruda en algunos de sus “Veinte poemas de amor”. Y para terminar con todos aquellos que desechan el verso libre, haremos una merecidamente amplia mención de “Última ofrenda” de Alonso de Molina, composición poética de gran originalidad en cuanto a sus características expresivas, entre las que predomina una sorprendente adjetivación y una inconcreción o huida de lo meramente conceptual para adentrarse por ese espacio etéreo del plurisignificado, en el que el lector adquiere un mayor protagonismo pues es muy amplio el espectro evocativo-emotivo que se le ofrece. Si a todo ello unimos una cuidadosa elección de la métrica, en la que impera el alejandrino, adobado con sus parientes próximos -el heptasílabo y el endecasílabo-, y la perfecta acentuación, hasta el punto de no hallarse un solo acento extrarrítmico en todo el poema, no cabrá duda de que nos encontramos ante una obra maestra.

Si abandonamos el punto de vista de la métrica y ponemos nuestra atención en los temas elegidos, nos encontramos con que, como podía esperarse, el amor y el desamor, en algunas de las múltiples facetas que presentan y desde algunas de las variadas ópticas desde las que pueden ser divisados, copa prioritariamente la atención de los poetas.

Así, nos encontramos con poemas tales como “Corre, caballo de lascivia”, de Julio González Alonso, en el que la lascivia, pez rémora del amor, se trenza con la desbocada huida del tiempo: Magnífico corcel, este del tiempo, para transportar a tan erótico jinete. Clama el poeta, en su desasosiego ante la consunción, clama, en magníficas imágenes, por no dejar pasar sin provecho ese tiempo devorador de vida, e incluso menciona, en su variopinta muestra de metáforas, a ese río heraclitiano que, sin dejar de ser, no es. Poesía luminosa, plena de hallazgos y llovida por aquella angustia existencial machadiana.

También Ramón Carballal Durán aborda el tema erótico-amoroso en su poema “La fiebre del deseo produce desvaríos”. Extraordinarios “desvaríos” en los que la poesía halla su trono. Perfecta conjunción de lo explícito con lo críptico que producen una entidad poética de amplio plurisignificado pero con una pertinaz convergencia hacia la pasión. Una entidad poética amorosa que, desnudada de toda la ropa clásica de Garcilaso o Herrera, de toda la quimérica indumentaria de los románticos, de toda la espiritualidad de Salinas o la sensualidad de Neruda, se viste con ropajes que recuerdan a Valente, pero dotados de un colorido personal. Soberbio poema.

Elisabeth Carpi (Contame amor), Adriana Ortiz Bialous (La jugada), Salvador Moreno Valencia (Un rato de olvido), Yamila Paredes (Olas de pasión), Jorge Contreras Herrera (Ayayay), Esteban Corbera (Iva), Jesús Graván Sánchez (Tu ausencia será mi compañía), Ricardo Montenegro (Si hablo banalidades), Jorge Carrol, con esos deliciosos poemas cortos extraídos de “Soles”, Rafa Gómez (A donde yo no llego) y Guillermo Ibáñez (Poema de los cuerpos) versan también sobre el tema del amor-erotismo-desamor, cada cual con su voz, voces todas que, aquí conjuntadas, conforman un coro poético de admirable valor estético y emotivo. Y el lector que comenzara a leer el poema de Fanny Jem Wong , “Danza sacrílega” aseguraría, de entrada, que versa sobre el amor; pero este no es amor de persona a persona y no desvelaremos aquí su sorprendente final.

Carmen Saavedra escribe un poema iluminado por la luz de la esperanza (Himno de la flor azul), poema que, además de su dulce expresividad, presenta una cuidadosa alternancia de la acentuación, lo que le confiere un ritmo melodioso y fresco. También basados en la esperanza son los temas que aportan Libia Beatriz Carciofetti (Al borde del abismo) y Ana Villalobos Carballo (Soplo mis raíces), en los que los sueños y las ilusiones cobran fuerza de realidad.

Alejandra Craules Bretón (Espectro), nos trae un tema irreal, fantástico, que trata con extraordinaria limpieza y originalidad de imágenes. Muestra palmariamente, además, cómo puede prescindirse de la puntuación y obtenerse, sin embargo, un poema cómodamente entendible y sugerente. Luisa Arellano expone en “Volver” otro tema ideal que, en este caso, adorna con una adjetivación y unos giros sorprendentes y que denotan una cultivada autoría. Iván Ortega Flores (Vivir, vivir, vivir), Gabriela Peraza de Córdoba (El lado oscuro) y Robert Gurney (La mujer de blanco) han prendido sus poemas en las altas nubes de lo fantástico u onírico, consiguiendo admirables alturas poéticas, cada cual con su peculiaridad expresiva. Y una sustancia onírica alimenta el extraordinario poema de Juana Vázquez Marín (Las horas marcaban en los relojes al revés), en el que la poeta - renunciamos, definitivamente, a lo de “poetisa”-, a lo largo de todo un río plácido de enternecedoras ensoñaciones-vivencias, nos muestra un carácter, un porte, un posicionamiento vital, profunda y esencialmente poéticos, y los hace contrastar con esa prosaica realidad que, como ropa estrecha, aprisiona la creatividad poética. Poema-luz que puede alumbrar a cuantos inician su andadura, entusiastas, por la no siempre reconfortante senda de la poesía.

Los temas en los que las reflexiones, introspecciones o planteamientos inquisitivos son expuestos de forma poemática son insospechadamente abundantes. Desde “El mundo se derrama” Desde Juan Cruz Bordoy (niño de escasos años cuya creatividad no deja de sorprender, tanto por su precocidad como por su alto vuelo), hasta Antonio Orihuela (En tierras de Goliat), Héctor Medina (Minombre diminuto), Ignacio Díaz Delmonte (Genealogía del Hombre), Luís Demetrio Caballero Velásquez (El circo), Francisco José Segovia Ramos (Hoy al levantarme) o Lourdes de Abajo (Levedad de nudos), todos meditan, especulan, dudan o se abstraen. De esta última, destacaremos la originalidad de esa cadena de estrofas que bien pudieran ser poemas mínimos, al estilo de ciertas conocidas composiciones japonesas. Poemas yuxtapuestos que encierran un enorme potencial de sugestión y evocación.




















Y para ser exhaustivo en la cita de los temas abordados, reseñaremos los poemas de Fernando de Ágreda Burillo (Un regalo para Rifaat), Lidia Prado (Iglesia de las Salinas), María Elena Sáncho (Poema a Buenos Aires), Paulo Monti (Sábado gris) y Erico Elías Iturra Vega (Calle Varela) en los que los nostálgicos recuerdos se exponen en dulces y melodiosos versos.

Añadiremos que no se han olvidado los temas basados en la Naturaleza, cuyos exponentes son Carlos Serra (Aprisionando siglos) y José Manuel Sanrodri (Marina), ni el tema de la denuncia/protesta que expone Abraham Chinchillas (Diatriba en b), dura mirada a la realidad socio-política que nos toca vivir.

Y haremos inevitable referencia de otros dos poemas: el primero, en el que el tono elegíaco tiene visos místicos de oración/comunicación con la divinidad, es esa hermosa “Elegía a los dioses” que firma Eliana Patricia Arteaga; el segundo y último, esa excepcional creación poética de Marian Raméntol Serratosa, “La rotura abierta de una voz en solitario”, en la que la notable autora pone de manifiesto tanto su capacidad para sorprender al lector con sus insospechadas metáforas y sus adjetivaciones y complementos nominales, como la confirmación de que la poesía irracional, hermética, que iniciaron las vanguardias europeas al principio del siglo pasado, tiene hoy día una enorme capacidad de futuro, sobre todo si se lleva a cabo con la maestría de la que esta autora da muestras.

En manos del lector queda este “Un Mundo y Aparte” y esperamos que goce ampliamente con toda la exquisitez y excelencia aquí vertida.

Jerónimo Muñoz Palma


dijous, 23 d’octubre del 2008

EL PAISAJE DE ESE SÓTANO QUE TODOS VISITAMOS




Los huesos pasan sin hacer ruido,
como grietas en diciembre,
los callejones convocan regimientos de alfileres
con los que sujetar la sonrisa muerta de los niños,
en este mes blanco, o gris, o azabache,
muchachos con el nombre puesto,
apretados en la bandera de un mundo sin labios.

Me asomo
y veo pájaros carnívoros que picotean la tristeza
y en todos los márgenes del papel cansado,
las palabras tienen miedo a tocarse,
a rebotar contra la seriedad de la cornea de su nombre,
desnuda su piel más íntima, a veces odiada
a veces temida como una amante borracha que sabe demasiado
de la muerte diaria de estos últimos veintiún siglos.

Mientras explota una cabeza o dos, las nubes
siguen pasando,
cuán sonoro puede ser el silencio,
se aplastan contra mí las generaciones, las golondrinas,
el disfraz de payaso, los autos de choque dándose de bruces
contra los cuervos, y con un poco de suerte,
algunos brazos primerizos se sentaran en mis ojos,
tímidos como las huellas de un naufragio.

Diciembre espera en los asientos del crepúsculo
a que pase veloz por los cristales
el paisaje de ese sótano que todos visitamos.
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Poema recitado en el programa de radio LA MAR DE MÚSICAS (sábado, 1 de noviembre de 2008) conducido por Jokin Gonzalez, Puede escucharse aqui: http://www.radiopopular.com/index2.php


Poema inserido en Biblioteca Digital del Siglo XXI

dimecres, 22 d’octubre del 2008

LA ÚLTIMA BORRACHERA ANTES DE DESPERTAR A DIOS



El tizne del carbonero, su barba
y los sueños que pasan sin hacer ruido,
resumen los colores de la tarde
en cataratas de verbos que se van
dolorosos, sobre la caricia de los ojos.

Las flores olvidan, nosotros también.
Sin embargo el horizonte lleva en la frente
el ácido desaguado sobre las sílabas
de un idioma tan antiguo, tan silencio,
que siempre se acuerda de nombrarnos.
Es amable a pesar de su dislexia
y del ruido de todas las miradas.

En su honor me hice poeta de autobús,
caza-porterías donde la poesía duerme la última
borrachera antes de despertar a Dios,
porque siempre he sabido que los besos
duermen demasiado deprisa,
sus pechos bombean el vacío
a la espera de la casualidad de un hombro,
de la oportunidad de un mar entero,
abriendo su carne de lágrimas calcinadas
a la lluvia, al pájaro,
al pez entre suspiros de un cielo asustado.

Y ahora tan sólo me queda un minuto
para seguir muriendo
antes de que el despertador derrote a mi suerte.

diumenge, 19 d’octubre del 2008

OÍMOS EL GRITO DE UN BOCETO DE NUBE ACRIBILLADA.



El suelo embotellado te pone la tragedia al alcance
en los días de lluvia, cuando las servilletas naufragan
entre la canción y otro cuello roto.

El recuerdo se pasea manchado como un jaguar
por la cresta de los dientes, depredador
en las sabanas de cualquier domingo
de esta ciudad estricta, enemiga de tu pecho.

Se desplomó el cigarrillo con el mismo porte
con el que la luciérnaga
inventa alucinantes trayectorias libertarias,
tu piel sin urgencias re rió del absurdo gesto
de los brazos del balcón, crucificados.

Apagamos todos la luz, como tú pediste,
y oímos el grito de un boceto de nube acribillada
cayendo estrepitosa sobre la sombra del agua.

Aún llevamos la orfandad en los ojos abiertos,
sé que la oyes,
en la garganta áspera del viento abrazada a las almenas.

La tristeza de los tristes detenida,
sin el arpegio de tu nombre pactando con la gravedad
una tregua para sudar a solas,
para escurrirte de puntillas
por la desembocadura de los sueños,
hasta morder con los ojos ya idos
la primera costilla de la muerte,
notar su peso en los pulmones,
las piernas duras, y verte, al fin, entre sus venas.

dijous, 16 d’octubre del 2008

OBLEAS DE INVIERNO PARA LOS FRÍOS



El corazón tiene empañadas las gafas,
y vive en el paisaje que deshabita la ceguera,
poco a poco, yo madrugo en alguna región inerte
de esta habitación derrumbada,
y te descubro hijo, padre, abuelo,
patria incandescente,
un modo infalible de ordenarme.

Vengo de ti,
del cielo abierto, como la maleta,
con toda la erosión en las axilas,
desmembrado el sexo que sobra sobre el asfalto,
con la última botella de mar rompiéndome la boca,
y un mundo negro de palabras invisibles
que no quiere pasar bajo la escalera,
pero lo incendia todo
desde la desnudez de la noche, desde la ferocidad
con la que engulle la sangre
el desagüe de esta madrugada.

Siempre acabo volviendo a los suburbios
donde el tren eres tú, y eres la hoguera,
el rito,
la ausencia;
los ojos de las estaciones,
y todo parece una plegaria,
obleas de invierno para los fríos.

Te sé umbral de mis ciudades,
la mesa camilla de mi desesperanza,
el lugar justo
donde guardar el pretexto de mis labios
a veces hostiles.

CUANDO LLUEVE A CÁNTAROS SOBRE EL ALQUILER DE LOS SUEÑOS


Qué deprisa se me ha llenado la tarde
de segundos que gotean
transparentes, líquidos como Mayo
cuando pasea por el anonimato de las calles
o por el reverso de la confianza siempre quieta de los verdes.

Me guiñan un ojo las persianas borrosas,
tatuadas en la frente del penúltimo autobús,
cuando nadie espera al revisor, ni a las gaviotas,
y un carmín de tres al cuarto autografía los billetes
para no temblar de parque, de noche, de charco,
para que la vida no se asuste en la próxima glorieta
y pase al contraataque, montada en un caballo de cartón.

Qué diferente es todo cuando llueve a cántaros
sobre el alquiler de los sueños y la lluvia olvida
la letra pequeña de las hojas, el olor a viejo,
o la intimidad de la derrota.

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Poema publicado en este portal en marzo de 2009.

dimarts, 14 d’octubre del 2008

UNA BALA DE ARSÉNICO EN LA NUCA




Sé que en esta hora exagerada de luciérnagas
no encontraré la piedad de un taxi
para cruzar el rojo inconfundible
del asiento de atrás de las ciudades,
donde la luna ya no sorprende a nadie y se abandona,
con el carmín de la muerte en la boca.

Duele esta hora de resistencia elástica,
tan sin edad como el paisaje que ignora el vacío,
como el viaje del niño de zapatos turbios
que le regala secretos a las palomas
con los huesos aún amables manchados de espuma,
y que observa el silencio de los montes,
sin entender el espanto de los muslos,
el rictus del abdomen o el vuelo
de las rapaces que fuman hierbabuena
bajo las ingles de su hermana.

Y me preguntas para qué llevo
una bala de arsénico en la nuca
y una pistola de mantequilla en la sien,
cuando debieras preguntarte
cómo seguir sosteniendo el andamio
de esa bóveda de sueños intermitentes,
aunque haga daño la mirada
y las palabras sospechen de ti.

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Poema publicado en el portal Soypoeta.com (marzo 2009)

dilluns, 13 d’octubre del 2008

PUEDO VENCERTE, DICIÉNDOTE SOLO A MEDIAS.




Recuerda que tú existes tan sólo en este libro.
Luis García Montero



Puedo asesinarte
cauterizar el borde de esta página,
poner en la punta de mi incendio
el ascensor de tu tristeza
y bajarte con cuidado al accidente de mis dedos,
eso te destrozaría.

No sería difícil imaginar tu tumba,
tu último disparo volviendo borracho de una estrofa,
quizá del propio corazón del poemario al que te anclas,
pero recuerda que yo fui soldado antes que tú
y que conozco bien el límite del océano
y la vacante promesa de las olas,
el retroceso de los sueños en el hombro,
y la oración de unos ojos ya vencidos.

Puedo abrazarte en el fondo de un vaso
y dejarte sobre el hielo, sin heroicidades,
sin la compañía de cisnes, ladrones, lunas o tejados,
sin más prisa que la indigencia moral del impulso,
siendo tú el único pellizco real del libro
al que le has vendido la vida.

Nadie impide que te odie
cuando te vistes de pétalo, con la lucidez
de primaveras de esparto
suspendida en un cielo inexistente.
Te odio más
cuando te escondes en la prisa de un mal verso,
y no hablas, bombardeas
la soledad de una lágrima.

Juro que puedo detonar tu geografía,
hacer de tus vísceras un big bang del ingenio,
hacer que flotes sobre el barro del poema,
o que pida la palabra tu fracaso, la vanidad de tu luz
inclinada sobre el puerto.

Puedo vencerte, te lo aseguro,
diciéndote sólo a medias, como un olvido necesario.

diumenge, 12 d’octubre del 2008

LA PRESIÓN DE LA CULATA ME DICE QUE LOS SUEÑOS MIENTEN



Me persigue la prisa de mi nombre,
los dedos mudos que intentan fabricarme
lunas borrachas y flores
que queman sus arterias en mi boca.

Me ahoga la belleza del cuerpo desnudo
su norte desollado y lleno de lluvia,
con los ojos apuntando mi culpabilidad.

Me desordeno, incomodo a mis tardes
colocando sobre la frente
la respiración alterada de la nube,
hago señales de humo a ese cielo espinoso
y finalmente, logro que borre la sonrisa de carbón
para mancharnos menos de destierro.

La presión de la culata
me dice que los sueños mienten,
con el vientre hinchado
muerden, rasgan
prestos a vomitar lutos y palabras
de cuerpo ladeado con los muslos
cárdenos de esfuerzo,
sostenidos por un puente de labios sin estrenar.

divendres, 10 d’octubre del 2008

TRAS EL RÉQUIEM DE LAS HORAS RECIEN NACIDAS



Soy parte del paréntesis de los labios,
la pausa entre dos gotas antes de la inmolación,
la inutilidad misma de un paisaje
que no suda la silueta del gesto.

Duelo, mientras la mirada de una mariposa
sube por los tobillos de la tarde
con la aventura en los párpados
y la mano en el sexo doloroso
soportando el semen que riza la piel indefensa
y prostituye el alba de pechos coagulados.

En la cintura descarnada se me agolpan horizontes,
el frío ignora el lugar y la fecha
del funeral de mis manos,
y el agua parece tan lírica cuando está sola,
que da casi miedo,
esbelta como la luz estrangulada,
como la presencia translúcida de la caricia
que llega tras el réquiem de las horas recién nacidas.

Mis huesos como puños
se hunden en los pómulos maquillados de silencio
donde la palabra roza la mejilla, apenas,
como un beso.

dijous, 9 d’octubre del 2008

MIRADAS, MIS LECTURAS MÁGICAS

Cada uno decide donde demorar sus ojos, hasta quemarlos si hace falta. No todo lo que se lee deja huella, sin embargo hay ocasiones en las que el descubrimiento de un autor en cuestión, marca el hilo conductor de un pequeño giro en las pupilas, algo que ya no tiene vuelta atrás, puede que el matiz sea casi inconsciente, minúsculo como micro-partículas, o modificaciones infinitesimales en la cadena del ADN de nuestra manera de ver y entender la poesía, pero del que ya no podremos escapar jamás. En esta sección, introduciré aquellos autores que se han convertido en mis “vacas sagradas”, en mis lecturas mágicas, y a quienes desde aquí, les rindo mi personal tributo.

Por supuesto esta sección estará en progreso y actualizaciones continuas, ya que mis ojos siguen llameando por la vida y la obra de lo poético, sin rendirse jamás.

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MANUEL VÁZQUEZ MONTALBAN



Sencillamente un genio. Lo conocía como periodista y como novelista, pero el día que llegó a mí como poeta, me atrapó de una manera casi irreverente. La política hecha verso, su propio “momento” historico-social al filo del poema, su humor y su particular “honestidad poética” presentes en su obra, ocupan un lugar predilecto en mis “oraciones”.







Arte poética

Ideas lentas como libros
desplomándose, charcos en la calle
chorretes de sangre en las primeras
páginas
piernas, piernas con curva
blanda remontándose y bragas
blancas como un apósito
mortajas
de leacril y dentaduras rotas
alguien canta
sapore di mare, sapore
di sale
y en el sudeste asiático
la guerra McNamara cruza el río
se ahorca a un inocente en esta casa
aquí
junto a las tumbas de pioneros
del renacer textil de las betes
i fils
se ahorcan simplemente, europeamente
soy un poeta militante, camarero
un gin tonic
por favor

llega un poeta blando de sangre
más que roja, pide peppermint
y canta
sucede que me canso de ser célibe
marfiles de tus senos, paisajes
de tus lomos deslomados, oscura
sima, oscuro el mundo, pedazos
de brea y olor a paño limpio, un bidet
respondón
y la tierra, tesis sensual
la antítesis de un limonero seco
culpable el capital del furor, uterino
el tablón de salvación
viva la revolución

austero pasa Blas de Otero, romanza

digo lo que quise decir
y no dije
ya está dicho
¡ay Calatrava de Arriba
mulas sorianas, cabras
al monte!

tirad
tirad de España
la España insana a la mar
a la mar, a la mar
tirad, tirad
que también el pueblo nos espera
con ritmo de habanera

y llega
el cartero con una carta de Celaya
(personal)
subo, bajo, lloro, como
amparo la amparable, ira
por no escribir endecasílabos, soy
el que soy, algo buen chico
me gusta la tortilla de escabeche
el pueblo –Sancho fetén–
me canso
de ser buena persona
volverán
las oscuras golondrinas en tu balcón
sus nidos a colgar

pero grita
airadamente López
Pacheco comunero
más comúnmente que nadie

pongo
pongo el pie
pongo el pie sobre
Castilla
silla de España
y no me extraña
palpar la revolución
al son
de la charanga alada
alzada
sobre un millón de muertos
y entuertos
de una generación

suavemente desliza Guillén (Jorge)
sabiduría antigua, sí, pero no, ser
y no ser
no sé, dice, la inquietud
del círculo ser, no ser repollo
cuatro lados tiene un aro, sol
y regadíos manchegos, muerte
geométrica, patadas en los huevos
dictadura y argumento ontológico
dijo el necio en su corazón no hay
gente como la de Tudela
y era
el necio era de Astorga, entidad
del paraguas en un congreso, my dear
my dear my dear, soy
Jorge Guillén lecturer nada argelino
más bien Sartre, la inquietud de la flor
no ser bomba, la inquietud
de la bomba no ser flor

entonces
un ajado sonetista municipal, hipo
condríaco de Cuenca, tal vez de Reus
o de Almería, deleita con sus versos
a histéricos materialistas huecos

ingratamente canto la amargura
soez de Leonor la bien amada
canción que brotó desesperada
verdinegro horizonte de llanura
entre el estiércol caqui castellano
los gallardetes blancos catalanes
la imperial empresa mano a mano
no comprende Leonor tras los cristales

celosías de páginas de anuncios
buenas son las hermanas ursulinas
cantan juntos diecisiete nuncios

mas Leonor cual pequeñísima burguesa
no comprendió al beato progresista
y estableciose de puta a la francesa

envejece el vaso
el gin tonic
anochece húmedamente, imposible
escribir entre brisas de drugstore
rumores de hojas desnudas
pasan
muchachas anchas como lechos
periódicos grises
como despedidas.

Links de interés:
www.abelmartin.com
www.vespito.net

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EDUARDO MOGA

A mi juicio, uno de los mejores poetas contemporáneos. Mi aproximación a su obra sigue en evolución, porque a Moga hay que saborearlo sin prisas, con ciertos aliños que me recuerdan a Dámaso Alonso y otras cocciones de Aleixandre, su poesía particularísima y mayúscula me hace siempre tiritar.

Fragmento de La Luz Oída:

[QUÉ DENTRO HAY UN SOL…]

Qué dentro hay un sol. Cómo grana en el ataúd
invisible del cuerpo. Cómo arraigadamente
brilla, con qué penumbra de asombrado meteoro,
con qué óptima quietud. Bosques en vilo esperan,
junto al acantilado, que se vacíe el fuego
que impregna la noche. Es la tea, cerrada,
que regresa; es el rayo inverso que revela
con su voz seminal las posibilidades
del hielo. La ceniza se desangra. El cereal,
acercándose, busca gargantas donde hurtarse
a las ardientes lluvias, cimientos para el puente
que sólo han de pisar los vivos, los inermes,
los que han sanado. Toros que respiran como arcos
tensados: aún no. Acérrimos caballos
que optan por el seísmo: no. Agua que se vertebra,
como un súbito cuello, o clavos que la hieren:
todavía no. Tierra sin sexo que ofrece
su vuelo, su lentísima energía, a los árboles
impacientes; penínsulas faltas de sol y omóplatos,
donde vertiginosos peces, inacabados
todavía, ignoran el fluir de los sudarios.
Es demasiado pronto para el tiempo. Los líquenes
crecen en las saetas disparadas. Los fetos
brotan como cardumen y esbozan fidelísimos
músculos, pero encuentran, antes de concluirse,
su cadáver exacto. Los galápagos son
jóvenes como el frío. La carne es un minúsculo
tren. El cielo se va. Los ojos, detenidos,
son jazmines sin ímpetu. Sólo un viento de huesos
que protestan agita los cuerpos indecisos
para que vean cuántas ruinas en el latido,
con qué germinación los sombras cristalinas
vuelven a su semilla. El silencio contiene
silencio de mar, pétalos de explosiones, eclipse
de volcanes, fusiles que relinchan, cerveza
inaudible; designa los sonidos, los piensa
con paciencia de miel, con terquedad de proa,
como si fueran, ay, el aire de un insólito
cadáver o las ígneas mieses en cuyas simas
se enamoran las águilas [...]

[La luz oída (fragmento: vs. 1 a 40) –Madrid, Rialp, 1996]

Y prosiguiendo con esa aproximación lenta, os cuento:

Tener en mis manos un libro (o dos, o tres) de Eduardo Moga, es una experiencia casi mística, sí, porque Moga es en cierto modo místico, evidentemente no estamos hablando del misticismo al uso de San Juan de la Cruz sino de una mística particular, donde sin desprender los pies de la experiencia terrenal, la palabra se eleva y asciende a otro plano, un plano desgarrado y lacerante, donde “el cielo se va”, y los ciclos de creación y destrucción o la concreción incomprensible del ser, están patentes de manera quirúrgicamente precisa.

Os propongo un breve paseo por tres de sus libros, vamos allá.

Iniciamos la ruta en “El Corazón, la nada” (1999), los poemas toman cuerpo de bloque, de pequeños fragmentos de prosa en los que la poesía nos desarma, nos desbanca, donde cada palabra tiene su preciso lugar y espacio, con todo su peso (porque el peso de las palabras es importantísimo en la obra de Moga) y conformando una respiración enérgica dentro de un escenario trascendente, donde ese misticismo particular del que hablaba flota por todos los rincones del libro:

“Tu materia lo es: nada. El cuerpo en tu nada, la nada que late, el espesor invisible: lo hueco ha creado la carne. Sigue, junto a la cama, la ropa confusa, la indiferencia de los zapatos. Tu oscuridad ha olvidado la tibieza en que resides, la rígida tormenta, el nombre. Sangras, como mis ojos, leche quieta. Ya no hay conocimiento en tus poros, sino una hendidura en el sueño que revela tu extinción.

El fuego detuvo el polvo de la nada y trocó en lluvia el silencio que goteaba como la piel, como la demolición futura.

En tu cuerpo recuerdo el aire. Fluye la linfa de la luz. Duermes en el insomnio y en tus axilas hay silencio”

Esos versos cortos, anidados bajo la piel del conjunto, otorgan sensación de sentencia a los poemas, el lector se siente sumergido ante una mirada observadora, la del autor, que desde una supuesta distancia objetiva, nos lanza en caída libre a la subjetividad de su pensamiento desnudo y, a veces, descarnado.

“Llueve silencio, sequedad, e las sábanas. Desde la penumbra observo cómo te quema la quietud y el aire se posa, derruido, en tu negrura. Una hiedra ausente ha ocultado los caminos. En la sombra anidan sombras muertas. La distancia es fría como el viento.

Lluvia inmóvil. Pese a tu cuerpo, soy.”

Poeta de contrastes, sus figuras juegan con la humedad de las palabras, con lluvias inmóviles, mañanas embarrancadas, sangre desecha en las hélices del tiempo, metal que se desvela, ceniza que gime, piel que se cierra, nichos que susurran miradas, luz que se palpa de noche, latidos que se comen, transparencias oscuras, olas ardientes, soledades tensas de tarde, azules lentos, música fetal, ojos que escriben después del olvido, el musgo, la muerte… todo un microcosmos que Moga combina para que, con sus matices grises y existenciales, podamos sin embargo flotar.

Proseguimos nuestro paseo por “La montaña hendida” (2002), donde siguen las sentencias, esta vez los versos juegan con el espacio, interaccionan con el papel y con las pupilas del lector, entran, salen, se muestran caóticamente ordenados y dotan de una movilidad sinuosa al erotismo salvaje y tremendamente elegante que protagoniza este libro.

“La saliva, vertical, ilumina las mucosas”

“Tu humedad, bóveda veloz/ tú, cuchilla lábil/ en el ojo de la noche./Antes, los transeúntes lamían el atardecer/ como tú lamías mi mirada/ y ciclistas fosforescentes sobresaltaban tus yemas/ asomadas al temblor”

“La boca, derribada, se endurece:/ no la dignifican los pechos,/ ni el clítoris líquido como la llama”

“En el silencio cae leche”

“La ternura vive en el himen, y en el caos”

Moga sorprende siempre, y de entre sus muchas habilidades, está la de combinar un arrebato de lirismo absoluto, de esos que te dejan fuera del mundo, al ladito y de la mano de la cotidianidad más inmediata:

“Porque la carne escribe sombras/ y la lengua visita los párpados/ y la mecanografía”

Y no sólo eso, yo me atrevería a decir, que en este libro (que sin duda alguna es tremendamente carnal), está implícito ese sentimiento trascendental a través del sexo, el sexo vivido como sublimación, como motor, como razón y argumento. Se enmarca dentro de su paleta de colores, gris-negro, por lo que figuras como el metal, el azufre, trozos de tumba y tibieza, o vísceras que proyectan su sombra, no iban a abandonarnos ahora, pero lo más fascinante de todo es que suenan exquisitas en este viaje alucinante por el deseo, yo lo concibo casi como un sólo cuerpo, con sus diferentes partes, pero como si en realidad se tratase de un único poema, y os aseguro que es el mejor y mayor poema lírico-erótico que he leído jamás.

Y llegamos a “Cuerpo sin mí” (2007), yo diría que éste es el libro donde mejor se combinan todos los elementos ya citados que, bajo mi punto de vista, conforman el ADN de la escritura de Eduardo Moga, es decir su misticismo (vanguardista, pero misticismo al fin y al cabo) y su cotidianidad, en el que el uno lleva al otro y viceversa.

“La claridad/ se endurece en la nieve: es ácida/ como la nieve/ y arraiga en ella, hasta alcanzar/ el centro del instante, el borde del instante, el cansancio que impregna las palabras/ heridas por la miel/ inalterable de lo sido./ Todo naufraga ahí, y se perpetúa./ Y las tinieblas/supuran/evisceradas por la claridad.”

“La luz tropieza/ en los nudos del aire/ y, en su caída,/ produce/ sonidos/umbríos”

Fin de trayecto, pero antes de apearnos definitivamente, y partiendo de la base de que yo no soy filóloga y no pretendo en absoluto hacer un estudio exhaustivo de la obra de este grandísimo poeta y por tanto subrayo que éste es un artículo de opinión en el que tan sólo expreso mi visión de sus hechos, me gustaría finalizar apuntando que la poesía de Eduardo Moga no es amable, no se trata de poesía aséptica ni arquitectónicamente estructurada, la obra de Moga es exigente con su marco grisáceo, con esa atmósfera de fríos y destrucciones amparadas por cierta luz oblicua, donde la muerte es tan cotidiana como el te, donde nos espera desde el alambre del día, y nos regala desde el ingenio casi visual de sus imágenes, el esplendor de la poesía en mayúsculas. Intuyo además cierta influencia de Vicente Aleixandre, en su fase irracionalista, donde coinciden algunas texturas, como la presencia del metal, las figuras “blandas” o “lentas”, o el uso de la fórmula interrogativa como ponteciador del discurso del texto.

Y ahora sí, tan sólo añadir que os recomiendo vivamente que os hagáis con cuantas obras podáis de Eduardo Moga, y las disfrutéis despacio, muy despacio.

Links de interés:
www.eldigoras.com
lasafinidadeselectivas.blogspot.com
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SERGIO GASPAR

Nació en Checa (Guadalajara) en 1954. Reside en Barcelona. Es fundador de la editorial DVD ediciones, empresa que dirige desde su creación. Ha publicado los libros de poemas Revisión de mi naturaleza (1988) y Aben Razin (1991), además del libro de artista El caballo en su muro (Luis Burgos, 2004), en colaboración con Ramón Zuriarrain.

La verdad es que se prodiga poco y eso es casi pecado, para hablar de él, mejor sumergirse en su obra.


Fragmento de Aben Razín:

El agua tiene nombre. Jamás consigue pronunciarlo. Se confunde de sílabas, error de ondas, de sones. No lo pronuncia nunca. Mas lo custodia, apasionada, fidelidad de fuente, continuidad de cauce, en su memoria de agua. La piedra tiene nombre. No lo pronuncia nunca. Proyecta labios. Persigue lenguas, por su interior de piedra. Sin encontrar los labios con que poder gritarle a un aire sin oídos, a un polvo que ha crecido sin oídos, en mundo irremediable, el nombre que no acierta a pronunciar. Pero su nombre. La piedra tiene nombre. Los montes tienen nombre. Las casas tienen nombre... Yo llego y lo pronuncio: Albarracín, éste es el nombre.

¿Para qué sirve un paisaje? ¿Para enterrar los muertos que levantaron sobre él los seres que supieran sepultarlos? Qué derroche de cuerpos, en busca de otros cuerpos que les asegurasen sepultura. Todo hijo es un deseado enterrador. ¿Para esto sirve el fango? ¿Para cambiar de fango, caminándolo? ¿Y el aire? ¿Para cansar más aire, respirándolo? ¿Para qué sirven los paisajes? Quizá no sirvan, y existan solamente. Como nosotros, sus ocupantes, que servimos tan sólo para existir. Y pronunciar los nombres. El agua tiene nombre. La piedra tiene nombre. Los montes tienen nombre... Yo llego y lo pronuncio: Albarracín, éste es su nombre.
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CARLOS VITALE



Nació en 1953 en Buenos Aires (Argentina). Es Licenciado en Filología hispánica y Filología italiana. Entre otros libros, ha publicado Unidad de lugar (Editorial Candaya, Barcelona, 2004), Fuera de casa (Emboscall Editorial, Vic, 2004) y Descortesía del suicida (Editorial Candaya, Barcelona, 2008). Asimismo ha traducido numerosos libros de poetas italianos y catalanes: Dino Campana (Premio de Traducción “Ultimo Novecento”, 1986), Eugenio Montale (Premio de Traducción “Ángel Crespo”, 2006), Giuseppe Ungaretti, Gerardo Vacana, Sergio Corazzini (Premio de Traducción del Ministerio Italiano de Relaciones Exteriores, 2003), Amerigo Iannacone, Umberto Saba (Premio de Traducción “Val di Comino”, 2004), Giuseppe Napolitano, Sandro Penna, Emilio Paolo Taormina, Antoni Clapés, Joan Brossa, etc. Reside en Barcelona desde 1981.

Acercarse a Carlos Vitale implica un exitoso reencuentro con la electricidad, porque así es como creo que hay que aproximarse a Carlos Vitale, con los huesos desnudos sobre los charcos de su agudeza pero con los pies calzados para resistir los fenómenos térmicos, luminosos y químicos hasta el final.

Sencillez en el tramado, suavidad en la textura y una ligereza extraña que en vez de volar golpea anclándonos en el placer del texto:

“una máquina de escribir atravesaba la noche. También mi pensamiento escribía su página nocturna”

No sé, leer a Vitale nos imposibilita de la manera más absoluta ante la impasibilidad. Poemas como “Un reto para la ciencia” que en plena página y sin más paliativos vomita desnuda un solo verso: ¿La desgracia es genética?, nos deja así, desnudos y vulnerables ante el espacio y sus márgenes, con el desmayo en las sienes y un silencio lento, que vuela y sostiene el verso en suspenso, ingrávido pero rotundamente real, creo que hasta el lenguaje artístico de Brossa se hubiera quedado con la respiración de sus vocales alterada.

Yo me atrevería a decir que el reto no es tan sólo para la ciencia, si no para la palabra en sí misma, para alcanzar esa desnudez primigenia que en manos de Vitale la hace quirúrgica, precisa y envolvente al mismo tiempo, y que nos lleva de la mano hacia un mundo muy particular, donde las trincheras están repletas de puertas condenadas que dicen más de lo que apuntan, poemas-definiciones que nos lanzan máximas como dardos cuya única diana es el límite de la cuenca de nuestro pecho (no os perdáis Microeconomía y me entenderéis perfectamente), y un torrente de poemas denuncia, que sencillamente nos delatan, nos suben los colores y nos dejan en cueros, y para muestra un botón:

De su libro Descortesía del Suicida:

LAS CUENTAS CLARAS CONSERVAN LA AMISTAD

Dos escritores se conocen en la presentación de sus respectivos libros. Dado que simpatizan de inmediato y ambos ignoran la obra del otro, acuerdan no leerla para prevenir que un eventual juicio desfavorable enturbie su naciente amistad. Los dos cumplen su promesa y, por ello, su estima se afianza cada vez más hasta el final de sus días.

UN POETA

En la cena posterior a la entrega de premios, un poeta denostaba los premios literarios y vituperaba a todos pospresentes. Era uno de los premiados.

El humor llano a veces, el sarcasmo inteligente y sutil, el toque irónico y abofeteante de los poemas y textos de Vitale, el juego íntegro entre título como tarjeta de visita y texto (como sucede por ejemplo en “Borrador”, en el que la interacción entre título y poema es casi como el guión del monólogo más corto del mundo), y la belleza extraordinaria de las imágenes hacen de la lectura de este poeta una experiencia infinita.

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LUIS GARCIA MONTERO

Poeta y ensayista español nacido en Granada en 1958. Doctorado en Filosofía y Letras por la Universidad de Granada. Es uno de los poetas más significativos de la poesía española de hoy. Actualmente es profesor titular del departamento de Filología Española de la Universidad de Granada. Es además de prestigioso poeta, un consagrado ensayista y columnista de opinión. Entre los numerosos premios que jalonan su brillante carrera, se destacan el premio Federico García Lorca, el premio Ciudad de Sevilla, el premio Loewe, el Adonais y el Premio Nacional de Poesía en 1995. En 1999 estuvo nominado para el premio Cervantes, máximo galardón de las letras españolas.

Su obra poética consta de los siguientes volúmenes:
«Y ahora ya eres dueño del puente de Brooklyn» y «Tristia» en 1980, «El jardín extranjero» en 1983, «Rimado de ciudad» en 1985, luego publicó «Diario cómplice» en 1987, «Las flores del frío» en 1991, «Habitaciones separadas» en 1994, «Casi cien poemas» en 1997, y «Completamente viernes en 1998».


Otra de mis lecturas mágicas, la obra de Luis García Montero, sobre todo la comprendida entre los años 1982 y 1987, genialidad tras genialidad cosida por los versos y sostenida en los andamios del poema, hay que mantener la respiración bien quieta cuando se lee a este hombre, para que ni el más ínfimo ruido perturbe el vuelo del poema.


BAJO LA LUZ QUEMADA...

Bajo la luz quemada,
tienen frío los ojos con que buscas
estas horas de octubre
y su jardín manchado de ginebra,
hojas secas, silencios
que de nosotros hablan al caerse.

Porque si ya no existe,
aunque nadie se ocupe de sus solemnidades,
hay noches en que llega la verdad,
ese huésped incómodo,
para dejarnos sucios, vacíos, sin tabaco,
como en un restaurante de sillas boca arriba
ya punto de cerrar.
-Nos están esperando.

Nada sé contestarte,
sólo que soy consciente de mi propia ironía,
porque el hombre es un lobo también consigo mismo
-Nos están esperando.

Negras y en alto, buitres silenciosos,
nos esperan las nubes en la calle.

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FEDERICO GALLEGO RIPOLL

Federico Gallego Ripoll nació en Manzanares (La Mancha) el 24 de febrero de 1953. Ha cursado estudios de Turismo en Madrid y de Teología en Barcelona.
Integrante del grupo de poetas que editaron entre 1993 y 1996 los cuadernos de poesía Bauma y miembro fundador, junto a Jordi Virallonga, Concha García y Eduard Sanahuja, del "Aula de Poesía de Barcelona" .
Es poeta y dibujante: (miniador de códices, pintor de abanicos y diseñador de ex-libris.) Desde 1995 vive en Palma de Mallorca.

Mi aproximación a su obra llegó de la mano de Por vivir aquí (1980-2003). Antología de poetas que, en Cataluña, escriben en castellano, Madrid, Bartleby Editores, 2003, y como suele sucederme en ciertas ocasiones, ya no me desprendí de este poeta nunca más.

El su poética nos dice:

“LA PALABRA poética siempre es primordial: ni precisa ni utiliza explicación. La palabra poética cae o brota o empapa; mana desde su propio centro y no es importante ni no importante. Es lo que es. Y decide cuándo se da, y cómo, y a pesar de quién, y en qué modo ha de escribirse el poema. Ella manda.

LA PALABRA poética siempre es exenta. No acata servidumbre ni dispone de andamio. Su armazón es interno; el propio nervio de su fluir la levanta y proyecta. Escribir es encender hogueras. Y no se trata de caminar sobre las cosas, ni por el borde de las cosas, sino dentro de las cosas. Es ruin buscarle oficios profanos al fuego. No se deben malversar la risa ni el asombro ni el espanto. Hay palabras herramienta y palabras cimiento; luego está la palabra poética, en la que hay que adentrarse desnudo.

LA POESÍA habla con la voz del desconcierto. La poesía se inventa a sí misma mientras se escribe. A veces se sorprende al contemplarse reflejada en el espejo de su propia expresión escrita, porque la poesía es lo que existe un instante antes de su concreción en la palabra, y el hueco de color complementario que se advierte si apretamos los ojos con fuerza un instante después de que desaparezca. Acontece cuando el hombre le es propicio. Es un don de sí que precisa nuestro don de ser, nuestra aceptación y complicidad, el gesto de nuestra mano, nuestra mirada. La palabra poética funda al poeta, lo fundamenta, lo justifica.

[De Por vivir aquí (1980-2003). Antología de poetas que, en Cataluña, escriben en castellano, Madrid, Bartleby Editores, 2003, p. 41]”


OFICIO DE TINIEBLAS
Permanece la luz
aunque el día complete sus funciones
y los ojos decanten sus fluidos.
El oficio de ver
está en el centro mismo de las cosas.
Lo que ve es el afán de ser mirado,
lo perpetuo que existe en ese ritmo
de ser visto y de ver.
Mirar es respirar más allá de la vida.
Poner los ojos sobre el mundo es darle
nuevamente razón de ser.
Mirar
y ser mirado es ser
la posibilidad de la memoria,
ser recordado, recordar, ser ámbito
sobre el que no se extinga lo cesante.
No muere la mirada aunque muera quien mira
y muera quien, mirado, permanece.
(De Quién, la realidad, Madrid, Hiperión, 2002)

Links de interés
www.catedramdelibes.com

SIN RIESGOS ELÉCTRICOS EN LOS PARÉNTESIS DE LA SANGRE



Mi muerte se ha fumado un cigarrillo
en la barra suicida del bar
mientras me hablaba de la invitación apremiante de los años,
de la ausencia domiciliada en el papel
y de su extraña manera de apagar la luz,
sin riesgos eléctricos en los paréntesis de la sangre.

Quizá estoy en deuda con el viento,
y mi intuición haya olvidado
la letra de mis baldosas anárquicas,
porque curiosamente,
he enrollado la urgencia del verde en la ventana,
y mis manos
han decidido hacer de la acera su único horizonte.

He visto mi calle andar por pasillos de aguardiente
adelgazando sus dudas abrazada a un espasmo,
con sueños de bicicletas atrincheradas en el abdomen,
los dientes empapados de periódicos vacíos,
y paisajes de barro alineándose en mis ojos.

Una mirada larga a mis espaldas, una lengua
de asfalto y humedades, conteniendo a mordiscos
la ira de las horas avanzadas, y sigo respirando,
respirando la timidez del día
y la infinita distancia de mi nombre.

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Poema publicado en este portal (Marzo 2009)




Inserido en Biblioteca Digital del siglo XXI



Poema incluido en una selección más ámplia de poemas de mi autoría traducidos al italiano y publicados en la revista semenstral especializada La Clessidra, nº 1/2010, Joker Edizioni. Septiembre 2010.

ROCA Y ARENA EN CURSIVA



No quiero perderme el abrazo rojizo
que deja la axila de la incertidumbre,
cuando exuda roca y arena en cursiva
como dotando de ingravidez a la palabra
de un fantasma absuelto
que contabiliza
la anatomía de la soledad
y todas las vistas inéditas
a un pecho inexplicable.


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Poema perteneciente al poemario No hubo apenas mar en el desnudo abierto de tus ojos, galardonado con el primer premio en el VIII certamen de poesía Leonor de Córdoba. Edita Asociación Cultural Andrómina.

Sobre mi: MIS TUTORES

Me considero una persona afortunada, y siempre lo digo en voz alta porque en mi deambular por los años, he tenido la suerte de toparme con la generosidad de gente grande, gente que me ha “adoptado”, cuidado, mimado y sobre todo, enseñado, en este difícil arte de la poesía.

En mi proceso de aprendizaje, que todavía sigue su curso, he tenido verdaderos maestros, de entre los que cabe destacar y a los que siempre estaré agradecida, a:

JOSÉ MARÍA PINILLA BALLESTEROS


Cuando le conocí, yo tenía un mundo por explorar pero no sabía cómo, tenía la cabeza repleta a reventar, pero me faltaban las herramientas adecuadas, se cruzó conmigo en un foro de los cientos que hay en la red, y sencillamente, creyó en mí.

Ha sido un maestro duro, a cada paso que yo iniciaba, él sumaba “peros” aumentando en nivel de exigencia, recuerdo que por aquel entonces tiré a la basura muchísimos intentos de poemas que no llegaron jamás a convertirse en tales, y que insistía hasta la saciedad en que el primer eslabón para aprender a escribir dignamente estaba basado en tres principios ineludibles: leer, leer y leer.

Fué un buen amigo mío, y mi Editor por excelencia hasta el pasado marzo de 2009, cuando decidió dejarnos para volar más alto, nunca tendré gracias bastantes para su inestimable amistad.

AVE FÉNIX

Quiero motilar cabellos de alabastro
en todos los sentidos,
hurgar vacíos, como carne a fuego lento
que brasee el infinito;
volar en nube hacia el paralelo
que otorga al pentagrama el calor prestado
de un beso nunca escrito
y si me dejan hablar, hablar sobre los labios
que tejieron pájaros al vuelo
en finas rodajas sobre el borde del silencio.

Renacer,
y amar, amar amando, para que lluevan auroras vivas
sobre el cielo denso,
sobre el cielo abierto de la libertad,
donde el Ave Fénix
gesticula su impulso nuevo.

links de interés
http://josemariapinilla.blogspot.com

IGNACIO BELLIDO VICENTE

Ignacio Bellido, natural de Salamanca, reside en Barcelona. Es Doctor en Medicina por la Universidad de Salamanca. Ha sido profesor en dicha Universidad. Especialista en Psiquiatría con formación psicoanalítica. Director de varios centros psiquiátricos y partícipe en las primeras reformas psiquiátricas en España. Becario Fulbright en la Universidad de Yale, con numerosos trabajos de investigación publicados en su especialidad.

Al igual que Jose Mª Pinilla, Ignacio es co-fundador de grupo poético “Laie” de Barcelona. Precisamente, del grupo Laie, del que también yo formo parte, nació la amistad que me une a este grandísimo poeta, quien en mis primeros pasos se encargó de dirigirme en la gran batalla contra las “rimas y asonancias” que tanto y tanto me costó “dominar”.


Esperaba este momento


La raíz en la vida
No siempre se mantiene
Es posible que el agua
Vuelva a ser melodía
Y que todos los cuerpos
Se integren en las hojas
Para llenar de savia
Los ríos cuarteados.

Es posible que el cielo
Se hermane con la tierra
Y que el canto florezca
Sobre las espadañas
Y al oír el tañido
De las voces del mundo
La campana nos muestre
Su verdadero ensueño.

Quizá es la quimera
La que me ocupa ahora
Pero siento en la sangre
Un camino de fuego
Una entrega de historia
Un palpitar distinto.

Sobre mi: MIS HERMANOS POÉTICOS

El compartir a diario los saberes del uno, las experiencias del otro o simplemente los quilos de adrenalina poética en cientos de mails, me llevó a, literalmente, trabajar codo con codo con quien considero mis “hermanos” poéticos, y que os presento con muchísimo cariño.

SONIA FIDES (Madrid)

Qué deciros de esta gran persona, mi relación con ella se inició por la participación común en un foro virtual de poesía, y a partir de ahí, nuestro encuentro casi diario en la red, nuestra predisposición para el trabajo en común, nos llevó a crear una especie de “taller” particular, donde desencallábamos versos que se nos habían dormido entre los dedos, modernizábamos otros que se resistían a cambiar de corsé, y como ella muy bien decía, les dábamos clases de Cha-Cha-Cha a nuestra palabra . Sonia me dio las muletas necesarias para mi salto al vacío, para abandonar definitivamente mis escenarios barrocos en los que tan cómoda me sentía e hincar el diente en una nueva trayectoria, en el tren de la locura que definió, poco a poco, el corte mi voz. Su tesón y paciencia para conmigo hicieron de mi respiración otra manera de andar por los versos, sin miedo a lo que aún estaba por domesticar.

Su característica principal, bajo mi punto de vista, es la elegancia salvaje con la que nos habla, siempre en equilibrio entre contenido y continente, y de una belleza aterradora.

COMO DEBORAH KERR EN "QUO VADIS"

Me pediste que alimentara tu memoria,
que viajara por ti en los autobuses,
que escogiera tus próximas lecturas
o que fuese a cenar
a tu interminable lista de restaurantes favoritos.

Obedecí como si fuera dócil.

Más tarde, sin la amabilidad
que relato en la estrofa previa,
ordenaste que me olvidara de todos los recuerdos
y que imitara a Deborah Kerr
haciendo el papel de Ligia en ”Quo Vadis”

Pero ya no fui dócil, poesía, y conté lo que quise.

Links de interés:
www.mademoisellejoue.blogspot.com

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ROBERTO CANTALE CABRÉ (Santiago de Chile)

Todo empezó en el 2003, cuando se coló por mi ventana un mail de destinatario desconocido, pero que me cautivó en el minuto exacto en que leí “Bellos Abriles” en la referencia del mensaje. Desde aquel momento, se ha convertido en una fuente inagotable de inspiración y en un amigo personal muy querido. Llevamos compartiendo poesía mucho tiempo en una especie de actividad poético-literaria frenética que no ha cesado nunca, y cuando se comparten versos a ese nivel es absolutamente inevitable que uno acabe conociendo la piel poética del otro casi al milímetro. La potencia y 'oscuridad' desgarradora de la voz de Roberto Cantele es tan aplastante que no deja posibilidad al 'pasar de largo'. Una vez topas con ella ya no se acaba nunca la sed de querer leer más. Tenemos un proyecto en común, Partopoesía-El Piano se Pasea por los Olvidos, que espero pueda ver la luz en breve, basado en la hipertextualidad, en el co-parto de versos con entidad propia, que alcanzan nuevos uni-versos destilando y destilándose unos de otros como en las manos de un alquimista.

Los versos se prestan y se regalan para remodelarse, reinventarse y crear nuevos “hijos poéticos” representantes máximos de dos atlas, dos geografías distintas bajo una sola bóveda poética.



¿De qué muerte
Mi cuerpo morirá?
Cómo saberlo
Sin poder escuchar
Lo que me dice el frío.

Adentro de las páginas
Quedarán hombres y delirios
Adentro
Digo
Hombres rezarán al viento

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Las llaves en los ojos en la fantasía
De hacerte mujer menstruando papeletas del Bronx
Y dártelas de poetisa 1 intolerable y eres un ángel
Que no conoció en vida poesía alguna, fuiste parida de una madre
Que nació en La Araucanía X región sur de Chile
Que se quedó sin dientes a los 25 años. A tu madre
Le dicen La Loca.

Las llaves. Los autos de lujo. Tu millonario frenesí
Trajo la riqueza a la familia a los amigos
A los primos que te recorren como autopsia fabulosa
Y ríes preciosa estrellita de mar, ríes con tu madre
Sepultada bajo toneladas de tierra
La Loca se murió... y tu también en parte.

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CESC FORTUNY I FABRÉ (Barcelona)

Hablar de Cesc Fortuny sin un exceso de sentimentalismo me va a resultar muy difícil, porque mi proyecto con él, es además de artístico literario, un proyecto de vida, que me ha llevado de la mano por mil caminos, entre ellos la música, compartimos además de proyectos literarios un proyecto musical común por el que os invito a dar un paseo: O.D.I http://www.myspace.com/odiritualdrone.

Ha sido siempre uno de mis “guías” literarios, su fe en mis posibilidades con la prosa, me incitó hace ya mucho a volver a la escritura, a comprometerme con ella de manera seria.



De espíritu inquieto, asume la poesía como un taller de experimentación, donde los seres con oficio pueden invocar y provocar el mundo afectivo de los otros. De su obra me impresiona su capacidad, brusca a veces, lírica otras, irreverente y transgresora la mayoría, de golpearnos las cejas, y provocarnos un K.O. técnico en todas nuestras fibras.

EL RELOJ ES ESCLAVO DE SUS PASOS

sólo lejanas gaviotas
construyen la luz sin nombre, la madera dolorosa
que desata las pupilas; sólo el tiempo levanta olas
sagradas, piedras en flor, enamoradas leonas:
seres que niegan la arena, certidumbres que derrocan,
como una hoguera de carne, los más sólidos aromas.
“Poema II de La ordenación del miedo” Eduardo Moga


Es la llama denigrada,
voraz como un tumor
que repta, como el guijarro
que hunde al sapo en el estanque.
Es despojo de madera
y rama desposeída
que sueña con ser semen.

El tiempo es un pequeño serrucho.

Influjo inédito
en corazón senil,
imposibilidad de detener
al vegetal en su empeño.

Escuela de fetos enmohecidos
que aspiran a cadáver
y a memoria histórica.
Breve, como huella en la playa
que borra la marea.

Qué triste danza
la del pájaro emigrante,
la lengua en que avanzan
las vísceras
y chapotean los gusanos;
el lenguaje de los huesos.

En la tarde de luz difunta
nuestra masa está hecha de tinta,
motor del río
que algún día se estropea.

Todos nacimos muertos.


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Sobre mi: MIS PADRES POÉTICOS

Hay dos Autores que marcaron un antes y un después en mi mirar poético, fueron una autentica revolución en mi modo de aproximarme, hundirme, e impregnarme de otro modo de respirar entre los versos. En esta época no sabría a qué ingrediente poético le otorgaba mayor protagonismo, a la palabra o a la imagen.
Lo ideal hubiera sido el equilibrio entre ambas, esa interrelación armónica que les llevase a situarse en un mismo plano, pero en mi caso no sucedía así.
La palabra en mi poética era, la mayoría de las veces, el mero útil que utilizaban las imágenes para emerger y manifestarse, para conducir la expresión del sentimiento, a veces de manera casi visual, hasta el corazón del poema, allí solían tomarse un pequeño respiro, para continuar con su discurso plástico hasta el final. Mi relación personal con las metáforas era tan estrecha, que no podía concebir mi palabra sin ellas.

A Vicente Huidobro y a Oliverio Girondo les debo mucho, tanto, que los considero mis “padres poéticos” y por ello quiero que estén presentes en esta sección.


VICENTE HUIDOBRO

Huidobro me enseñó que existen las mujeres-verano que caminan hacia atrás, que es posible que las flores crezcan hacia abajo, y que existen violines como puentes curvos entre las almas.



En su manifiesto sobre Poesía, Huidobro nos dice: “Aparte de la significación gramatical del lenguaje, hay otra, una significación mágica, que es la única que nos interesa. Uno es el lenguaje objetivo que sirve para nombrar las cosas del mundo sin sacarlas fuera de su calidad de inventario; el otro rompe esa norma convencional y en él las palabras pierden su representación estricta para adquirir otra más profunda y como rodeada de un aura luminosa que debe elevar al lector del plano habitual y envolverlo en una atmósfera encantada” y es justamente ese concepto el que llevo en mi genética poética.

INVIERNO PARA BEBERLO

El invierno ha llegado al llamado de alguien
Y las miradas emigran hacia los calores conocidos
Esta noche el viento arrastra sus chales de viento
Tejed queridos pájaros míos un techo de cantos sobre las avenidas

Oíd crepitar el arcoiris mojado
Bajo el peso de los pájaros se ha plegado

La amargura teme a las interperies
Pero nos queda un poco de ceniza del ocaso
Golondrinas de mi pecho qué mal hacéis
Sacudiendo siempre ese abanico vegetal

Seducciones de antesala en grado de aguardiente
Alejemos en seguida el coche de las nieves
Bebo lentamente tus miradas de justas calorías

El salón se hincha con el vapor de las bocas
Las miradas congeladas cuelgan de la lámpara
Y hay moscas
Sobre los suspiros petrificados

Los ojos están llenos de un líquido viajero
Y cada ojo tiene un perfume especial
El silencio es una planta que brota al interior
Si el corazón conserva su calefacción igual

Afuera se acerca el coche de las nieves
Trayendo su termómetro de ultratumba
Y me adormezco con el ruido del piano lunar
Cuando se estrujan las nubes y cae la lluvia

Cae
Nieve con gusto a universo
Cae
Nieve que huele a mar

Cae
Nieve perfecta de los violines
Cae
La nieve sobre las mariposas

Cae
Nieve en copos de olores
La nieve en tubo inconsistente

Cae
Nieve a paso de flor
Nieva nieve sobre todos los rincones del tiempo

Simiente de sonido de campanas
Sobre los naufragios más lejanos
Calentad vuestros suspiros en los bolsillos
Que el cielo peina sus nubes antiguas
Siguiendo los gestos de nuestras manos

Lágrimas astrológicas sobre nuestras miserias
Y sobre la cabeza del patriarca guardián del frío
El cielo emblanquece nuestra atmósfera
Entre las palabras heladas a medio camino
Ahora que el patriarca se ha dormido
La nieve se desliza se desliza
se desliza
Desde su barba pulida.

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OLIVERIO GIRONDO

Su delirio me desarmó, su capacidad para pintar escenas surrealistas y tremendamente reales al mismo tiempo, su fuerza, su golpe mágico, me dejó literalmente fuera de combate. Entró en mi vida con sus Veinte poemas para ser leídos en el tranvía" (1922), y ya no se marchó jamás de la estantería de libros mágicos de mi buhardilla.



EL PURO NO

El No
el no inóvulo
el no nonato
el noo
el no poslodocosmos de impuros ceros noes que noan noan noan
y nooan
y plurimono noan el morbo amorfo noo
no démono
no deo
sin son sin sexo ni órbita
el yerto inóseo noo en unisolo amódulo
sin poros ya sin nódulo
ni yo ni fosa ni hoyo
el macro no ni polvo
el no más nada todo
el puro no
sin no

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Mis pasos por aquel entonces:

LE PREPARAMOS UNA FIESTA POR TODO LO ALTO
A LA MONOTONÍA

¿Aún tienes en guardia la memoria?

El ardor de la caricia es una dama casi bélica,
que alquila habitaciones en los huecos
donde la voz juega a ser uno de los abismos
del Coliseo Romano.

La mirada es un niño torero
que abanica “por delantales” a la luna,
una copla que deletrea sibilina
el contorno de los sueños
a los que les pagamos enterita su hipoteca.

Todavía me duelen las manos
de poner a salvo las cláusulas sin letras.
¿sigue intacto en tu agenda de viaje
el pulso de nuestros roces,
plantándole cara a los ángulos muertos
que terminarían por hacer noche en las esquinas?

¿Tienes en mente los besos certificados
que nos regalábamos urgentes
para que nos reinventaran
en las noches en las que el deseo,
le robaba su fisonomía a cualquier explanada?.

Lástima que entre tanto pacto
sufriera el recuerdo una feroz amnesia,
que entre firma y firma,
le preparamos una fiesta por todo lo alto a la monotonía.

Le quedaron fuerzas
para sacarle un billete de ida
a todos los signos de puntuación,
y entre los dedos naranjas
de un amor que nunca recobraría el tacto del champagne,
jugó al escondite con el tiempo,
hasta que sobre las pausas de tu sombra,
nos olvidó el olvido.

Marián Raméntol (del libro “Hay un área de descanso un poco más debajo de mi vientre” Ediciones Atenas 2006).