dimarts, 7 d’abril del 2009

TRAS MI PALABRA DE TOBILLOS DIMINUTOS



























A bordo de la sombra, en este frío exánime,
me subo al silencio arenoso de los talones,
y el vértigo me arruga,
con mi chaleco especialmente diseñado
para que la vida vaya de bohemia por mis ojos,
abro mis horizontalidades, las desordeno
mientras la necrófila nieve se apodera de mi espalda,
y me inocula el estertor de un cielo
en el que solo hay palomas de manteca, listas
para untar sobre las nubes.

En este paraíso boca abajo,
me siento a la derecha de mí misma,
para acabarme después en el abrazo de mis venas
como lo harían un par de lágrimas antiguas
sobre el cuerpo de un violín condenado a muerte.

Tras mi palabra de tobillos diminutos, el alma
desaparece molida a palos.

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12 comentaris:

Ana Muela Sopeña ha dit...

Tremendo poema, Marian. Esa palabra de tobillos diminutos me llega intensamente.

Felicitaciones
Un beso
Ana

Mamen Alegre ha dit...

Impresionante Marian, me dejas molida a palos y estremecida.
´Poesía grandísima, como siempre.

Besos y un abrazo.

Walter Portilla ha dit...

Marian, horizontal y con chaleco te imagino, pero desnuda. Pero es sólo mi imaginación, verdad? claro que estuve desmenuzando tu poema y así lo terminé querida amiga, aunque no estabas contenta, estabas bien.
Un besote.

Jorge Martin ha dit...

tobillos diminutos, fragiles pero muy valorados por culturas asiaticas

François de Fronsac ha dit...

Sí, este es un paraiso boca abajo.

Pedro Ojeda Escudero ha dit...

Es un excelente poema, que tiene la virtud de partir de una imagen tan acertada que envidio no haberla escrito yo primero:
"Tras tu palabra de tobillos diminutos". En segunda persona, claro, que mis tobillos ya no son lo que eran.
Besos.

MiLaGroS ha dit...

Eres inmensa.¿ De donde sacas esa imaginación de imágenes tan desbordantes y originales?. Eres. única. Un abrazo. milagros

Isabel Huete ha dit...

Hay que espantar los palos y hacer con ellos una hoguera echándoles unas gotas de esencia de jazmín.
Besos, cari.

Adrian Dorado ha dit...

Mi amor,deberías haber puesto a Francis Picabia entre tus ancestros. Te agradezco los latinoamericanos, pero eres el mas puro surrealismo hecho palabra. Y no me gustan los encasillamientos pero tu eres como la síntesis y la antología del surrealismo. A mi tu obra me fascina,ya te lo he dicho.
Gracias por lo que nos regalas y permiteme a mí obsequiarte este:
DEL OTRO LADO

Sentado a la sombra del agua
la idea melancólica me arrastra
hacia las épocas de la mano izquierda.
Los pájaros solo para llorar se posan!
Lo espantoso es que morireis a trocitos
en el mal lgar de la vida.
la cabeza en las manos, sin objeto.
Tomad un vaso de color,
poned tres gotas de frio,
y tendréis el perfume de después.
No os sintáis agradecidos con nadie:
los que sobreviven son los asesinos.
La muerte es una prolongación horizontal de un sueño ficticio,
puesto que la vida no es demostrable.


Francis Picabia.

Te dejo un beso

Anònim ha dit...

Conocí a tus ojos una tarde, coincidimos en una noria de cerveza. Hicimos un viaje en verso por un pequeño lago de palomas, Gerard Depardieu nos invitó a cenar en un pequeño restaurante a orillas del Sena, cerca del cubil de un alquimista, allá por el siglo XIX.
A la mañana siguiente, me perdí en un rascacielos de arena, que había caído por el choque de una resaca contra un avión de pasajeros. Desde entonces, tus ojos siempre me han parecido bohemios.

Muac!

Emilio Ariza ha dit...

Palomas de manteca listas para untar sobre las nubes, impresionante como siempre, nosotros al igual que las palomas somos el alimento de un dios tenebroso. Abrazos fuertes

Bismark Estrada ha dit...

Un gran poema Marian...

Tus imagenes son geniales, siempre fantasticas pero con un claro sentir...

Un gusto leerte siempre

Saludos!