TODO TIENE SU FETAL POSICIÓN ENTRE LAS SÁBANAS

Me siento desnuda en este laberinto,
las preguntas redondas sobre la cama, desperezándose,
dispuestas a clavar su duda en las arterias,
mi boca histriónica abierta como una alcantarilla
desde donde engullir la extensión de los sueños,
sus harapos, y los restos de noche sobre la mesita,
un completo caos con piernas cinematográficas,
que me regala palabras de colores, muñecas líquidas
y alguna que otra jeringuilla para navegar,
aunque yo siempre haya sido torpe.

No entiendo por qué me es tan fiel ese desorden
si en mis paredes zurcidas
hay alcayatas donde cuelgo a mis muertos,
mis últimas verdades y sus junglas,
estanterías nuevas para la irreemplazable paciencia de septiembre,
y telarañas donde mis nombres testarudos, se empeñan
en salir en las litas de acceso a un cielo clandestino,
no comprendo por qué el tiempo se empeña en despeinarme
si en realidad, todo tiene su fetal posición entre las sábanas.