dimarts, 25 de novembre del 2008

MI VERDAD LÍQUIDA, DONDE PUEDEN MORIR OTROS



dos manchas de sol en la mejilla de un tercio de pecado
Roberto Cantele



Mi madre dice que no ha muerto,
y vuelve dilatada,
delira tigres, lunas de escarnio
a medio cocer, dormidas
en sudarios de colores, toca el verso
con la punta de los ojos, sonríe, y me incrimina.

Mientras, bajo la luz lateral de mis alucinaciones
un calidoscopio declina todos los ladrillos,
en los que estuve, en los que estaré sin duda,
como un insecto expatriado en la aorta.

Una mujer tardía, de aceite,
detrás de un vidrio mortecino,
revienta atardeceres proscritos en la vena,
con dos manchas de sol en la mejilla
y el cielo de mi infancia, que penetra con el índice
la entrepierna de mi triste borrachera.

La oigo susurrarme milagros, estar de vuelta
en este desierto demasiado pequeño
para esconder mis cañones, mis labios inclinados,
los finales que firman las fotografías,
la siento muy fuerte cuando el aire duele,
y ya no quiero moverme más.

Dejaré que el cuervo beba de mis pezones
que haga nido en el negro de mi vientre
antes de escribirme en la historia escondida en el espejo,
de la que sólo me han contado el principio.

Mi madre dice que no ha muerto,
y su rostro pasa como el agua, mi verdad líquida,
donde pueden morir otros.

10 comentaris:

Anònim ha dit...

Se me ponen los dedos de punta
cuando estos santos versos impactan
irredentos contra los ojos (al punto justo de estallar en chispas de un arco iris
desbocado)
allí donde mis pelos palpan
tu superficie loca. Loca!

Ets una canya.

Sarco Lange ha dit...

Los que hemos muerto hemos sido nosotros. Las aves nunca mueren.

Mil besos.

GEORGIA ha dit...

Gran poema, invita a navegar en el y ahogarse de melancolía

Los angeles no mueren

un abrazo

TrasTera ha dit...

En ese caldo de cultivo, parece nacer y morir el corazón varias veces al día. Brutal, poeta, es que eres de verdad un dardo incontestable.

Un besico!

Marian Raméntol ha dit...

Mi locura te la debo en parte, mi deuda crece a diario, y pespero no poder saldarla nunca.

Muicks!

Marian Raméntol ha dit...

Mi duende... morimos a diario...

Mil besos en Fa.

M.

Marian Raméntol ha dit...

Georgia, no estoy muy segura de que los ángeles no mueran, pero seguiré indagando las firmas de sus alas, por si las moscas...

Gracias por estar aquí.

MArian

Marian Raméntol ha dit...

Elisa.... me he puesto colorada... gracias!

Besos
Marian

Luisa Arellano ha dit...

No tengo palabras, de verdad que todo lo que una pueda escribirte aquí es una mota minúscula ante un poema semejante.

Te quiero preciosa.

Marian Raméntol ha dit...

Llevo la muerte de mi madre a cuestas, Luisa... no puedo evitarlo...

mil besos, cielo.