dijous, 16 d’octubre del 2008
OBLEAS DE INVIERNO PARA LOS FRÍOS
El corazón tiene empañadas las gafas,
y vive en el paisaje que deshabita la ceguera,
poco a poco, yo madrugo en alguna región inerte
de esta habitación derrumbada,
y te descubro hijo, padre, abuelo,
patria incandescente,
un modo infalible de ordenarme.
Vengo de ti,
del cielo abierto, como la maleta,
con toda la erosión en las axilas,
desmembrado el sexo que sobra sobre el asfalto,
con la última botella de mar rompiéndome la boca,
y un mundo negro de palabras invisibles
que no quiere pasar bajo la escalera,
pero lo incendia todo
desde la desnudez de la noche, desde la ferocidad
con la que engulle la sangre
el desagüe de esta madrugada.
Siempre acabo volviendo a los suburbios
donde el tren eres tú, y eres la hoguera,
el rito,
la ausencia;
los ojos de las estaciones,
y todo parece una plegaria,
obleas de invierno para los fríos.
Te sé umbral de mis ciudades,
la mesa camilla de mi desesperanza,
el lugar justo
donde guardar el pretexto de mis labios
a veces hostiles.
Etiquetes de comentaris:
Castellano,
Poesía
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7 comentaris:
Tus lavios no son hostiles, pero tus palabras son maestras.
Muac!
Dual entre los trenes se ve a Eva mirando al impredecible Adán que, primero le ofrece una manzana deliciosa y luego le dice que no era tan necesario hacerlo.
Marian, que tus cielos sean alcancías de brillantes.
Un beso.
Entonces, Lady Amaneceres, tomèmoslo y hagámosle jurar que entre la sangre de tres poetas se encuentra la magia y la condena.
Buenos otoños.
Es buenísimo, de los mejores que te he leído.
Un abrazo Marian.
No son mis palabras las maestras, mi Gran Chamán, son los ojos que las descubren los que las convierten en milagros.
Muicks!
Duende entre los duendes, tu respiración es necesaria para ventilar las palabras, lo sabes, verdad?
Mil besos en Fa.
Gracias Mamen, (eres muuuuy generosa, jeje)
Un besote grande
Marian
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