
Con la piel arrodillada,
la respiración respeta el toque de queda
en esa zona de carga y descarga para besos decapitados,
una muleta urgente
arrepentida
hermana de la culpa que desborda puertas y ventanas,
sujeta a una mujer desnuda
que alarga los pasillos del deseo
y desparece entre azulejos repetidos.
Como en una cuerda floja
que cuelga a millones de kilómetros del suelo,
las calles reciclan los colmillos
a la espera de la humedad del desconcierto,
sus arterias viven de olvidos, mortajas
y la huida permanente de violines.
Las alcantarillas reprochan el pudor a las aceras,
secas, viejas, hondas,
no entienden por qué es necesario evitar al náufrago,
los vientres mojados de miserias
y el ahogo de todos los juguetes y lagartos
que siempre van de paso.
En este silencio que no es mío
hay lunes demasiado adultos
como para negar el dolor en los ojos ya ciegos.
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2 comentaris:
Si, las baldosas clonadas
la piel que se arrastra
incisivos mal usados
cloacas protestonas
cocodrilos que naufragan
y todos los silencios ultrajados.
Muac!!!
Cesc
Gràcies per la teva incondicionalitat!
Molts petons.
Muick!
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