divendres, 4 de juliol del 2008

COMO UN ANIMAL, SE CALLA EL PEZÓN DE ESTE MAR VIVO



Se callan mis células de ácido,
el silencio es ahora un inmigrante
entre mi cuello y la nuca de este mundo
cogida entre las manos por los pelos.

Cierra la boca el esperpento de mi cama
ese espacio que es de un lujo miserable
y que huye del glamour de la tristeza
sin mancharse nunca los talones.

Como un animal, se calla el pezón
de este mar vivo en el cuadro de la pared,
vacunado contra la gravedad,
mantiene su postura vital en el desahucio.

Se calla el ruido del poema,
no chistan ni los tatuajes de los árboles,
los bombarderos atropellan las luces de plástico
que arrojan nuestros nombres
contra los estómagos tristes de las ciudades.

Enmudece el olor de los manzanos
rompen sus vértebras en un chasquido
de hojarasca urgente, sin arrepentimiento.

Todo ensordece,
los cristales imaginarios de las chavolas,
las verdades de mantequilla
que nunca fueron a la universidad,
los viajes terminales del autobús que vuelve
a casa desde los cementerios,
los hospitales y sus zapatos,
la lluvia de limonada de los cuentos,
la desidia de un bistec y su bostezo,
la playa de mi habitación, todo.

Y en un acto de violencia extrema
me escudo en el perfil de tu avenida
mando a mis ojos a revisar el abandono
y vuelvo, al único lugar posible
donde toda escena es irreal.

2 comentaris:

Leo Zelada ha dit...

Me gusta esta parte: "Enmudece el olor de los manzanos
rompen sus vértebras en un chasquido
de hojarasca urgente, sin arrepentimiento"

Marian Raméntol ha dit...

Gracias Leo, un placer tenerte en mi ventana.

Un arbazo fuerte