Fotografía: LLac de Puigcerdà. M. Raméntol |
Quizá seamos muñecos inexplicables
de robusta sonrisa, que cargan un mundo
empaquetado a sus espaldas
mientras, en el andén
de una mejilla cualquiera,
una anciana perenne
corta la tarde a rodajas y le teje flecos
a un cielo deshojado mientras jura
que no está loca, y que el invierno de crema
entra mejor si está en su punto la garganta.
Todo es posible
a este lado del verso delincuente,
donde un lagrimal de chocolate
dispara murmullos de nata insoportables,
y al otro lado del poema, unos pies amarronados
dibujan habitaciones en las afueras,
abrazadas a fantasmas desmedidos
que nos susurran el terror a sobrevivir,
la trayectoria de las nubes
barridas de cansancio y esa poca
capacidad pulmonar
para abrir los sueños e inmolarse.
Puede que lo único cierto
más adentro de los ojos
sea un nudo feroz de oscuridad
verticalmente flaca, y ese silencio
plano que sostiene el cuerpo de un paisaje.
Marian Raméntol
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Poema perteneciente al poemario Pancartas incendiarias en mi pecho, galardonado con un accésit en la vigésimo séptima edición del Concurso de Poesía Ciudad de Zaragoza, y publicado en el libro POEMAS 2011 por el Ayuntamiento.
9 comentaris:
Un poema excelente, Marian!!
Nunca defraudas.
Un abrazo>!
Me parece un grandísimo poema. Unos versos que me hablan del paso del tiempo, de atardeceres y de vida. Estremecedor y emocionante
Has llamado Luna a las Sombras y de ambos lados de la alucinación brilla el vapor. Soy.
Petons!
Enhorabuena. El poema lo merece. Es original y con la ciencia que tú siempre sabes encontrar.
Un abrazo.
Tienes el don de utilizar un lenguaje que está plagado de imágenes impactates, y los versos finales son excelentes. Es un lujo poder leer estos poemas.
Un abrazo, Marian.
Volver a tus letras es siempre un placer inabarcable.
Un beso de los grandes querida Marian. :)
Una maravilla, Marian, todo el poema lo es, pero el cierre de la última estrofa es impresionante.
Besos, poeta.
"...Puede que lo único cierto
más adentro de los ojos
sea un nudo feroz de oscuridad
verticalmente flaca, y ese silencio
plano que sostiene el cuerpo de un paisaje..."
Estimadísima poetisa amiga:
...Remate contundente en tu poema.
Me alegro que el texto "A este lado del verso delincuente" pertenezca a tu poemario "Pancartas incendiarias en mi pecho" y haya obtenido ese reconocimiento que de fijo se merecía el primer lugar.
Esta poesía tuya es bronca, indomable. Y cabe decir mucho más de ella... La celebro, lindo estilo y tonos.
Te invito a leer en mi bitácora electrónica mi poema "Luz de estrella", dedicado al poeta amigo Humberto Garza Cañamar.
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank Ruffino.
Todos los versos delinquen: al menos, deberían pretenderlo.
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