ESE INSTANTE
VORAZMENTE INÚTIL
Ya no puedo
poseerte, no he vuelto
a desdoblar tus
mañanas
en las pupilas
inertes del día
ni en la
demanda de las nubes
cuando penetran
mis escondites,
no entreveo, en
la resignación del sol,
tus manos infinitas.
Procuro
inflamarme
para atenuar el
invierno de este mar perenne,
sigo buscando tu
religión en mi silencio,
pero no hay
abrigo en la altura del dolor, ni muros
suficientes
para evitar la ceniza arrodillada,
el ácido capaz
de empalidecer un pedazo de muerte,
ese instante
vorazmente inútil.
Me pierdo
en la tragedia
líquida de tu nombre,
floto sobre las
horas y un peligro agudo
me roba el
vacío,
unta mis labios
con la piedad irreparable de la espuma,
ilumina mis
suburbios con un aroma tan frágil,
que resulta un
pobre talismán para mis fantasmas,
un acueducto
torpe y mal intencionado,
donde dejarme
evacuar
lenta e
indescifrablemente.
Marian Raméntol
2 comentaris:
Como siempre esperando, tu proximo canonazo o cataclismo, pendiente de tus avisos en facebook y en bu blog personal. Espero que te llegue este comentario. Un besote besote y mil abrazos. Jorge
Cuando el dolor no alcanza sino a ser perdición
y apuesta por hincarse en la raíz misma. Sin piedad.!
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